viernes, 29 de marzo de 2013

Claude Debussy (Parte 1)

Claude Debussy
Debussy, Debussy, Debussy... Su propio nombre ya evoca a su música y a las imágenes que intenta mostrarnos con ella: Fluidez, misterio, elegancia, fragilidad... virtudes omnipresentes en la extensa obra del compositor francés. Claude Achille Debussy nació el 22 de Agosto de 1862 en el seno de una familia trabajadora pero con intereses artísticos que desembocaron en la entrada del joven Debussy en el conservatorio de París donde obtendría buenos resultados. A partir de ahí su carrera estaría caracterizada por vaivenes de reconocimiento y rechazo que marcarían la personalidad del compositor. Al igual que cualquier artista que rompía con los esquemas establecidos por el academicismo para adentrarse en el progreso, Debussy se encontró en su camino con numerosos detractores que tachaban su música de disonante y aleatoria, y en realidad no iban del todo desencaminados. Amante del romanticismo mas transgresor de Wagner y del barroco francés  no se limitó a emular estas formas y asentó su carácter en la continua exploración musical y la búsqueda de nuevos y exóticos métodos de composición.
"Impresion, sol naciente". El cuadro de Claude Monet,
tocayo de Debussy, y uno de los mayores representantes
 del impresionismo, que dio nombre al movimiento.
Comúnmente vinculado al impresionismo musical, llevando prácticamente el titulo de representante unipersonal del movimiento no gustó, sin embargo, jamas de esta etiqueta, considerándose mas cercano al paisajismo de William Turner. A pesar de esto, las similitudes con el movimiento pictórico francés son mas que obvias. El impresionismo podría ser descrito con la frase de Stephane Mallarmé: "Pinta, no la cosa, si no el efecto que produce". Con esta premisa los impresionistas buscaban crear sensaciones en el espectador configurando una visión subjetiva aunque realista del paisaje y basándose en técnicas muy novedosas como la pincelada gestaltica, en la que, anticipando la psicología de la percepción , pinceladas independientes de colores puros formaban en la mente una figura uniforme. Elementos como el agua o la luz cobraban especial relevancia en este arte, siendo continuamente representados en sus obras, al igual que en la música de Debussy, cuyo gusto por lo fluido, lo efímero, le llevo a componer el tríptico sinfónico "La Mer" o el preludio "La Cathédrale Engloutie" con una obvia sonoridad liquida y marina. Otro de los puntos de encuentro entre Debussy y los impresionistas son los Simbolistas franceses como Baudelaire, Verlaine, Rimbaud o Mallarmé. Considerados como los equivalentes literarios a los impresionistas fueron continuamente referenciados tanto por los músicos como por los pintores de esta estética, de hecho la primera obra de Debussy de estética puramente impresionista (y por lo tanto la primera pieza impresionista) esta basada en un poema del mencionado Mallarmé.


El Preludio a la siesta de un fauno contenía ya todas las características de esta música, como la intima orquestación basada principalmente en instrumentos de viendo madera, arpas y cuerdas confiriéndole un carácter bucólico y juguetón ademas de ligero y etéreo. En esta pieza Debussy rompe con los esquemas tonales modificando a su antojo la modulación, algo que la hace parecer una pieza improvisada o libre cuando en realidad esta sometida a unas complejas normas compositivas carentes de las restricciones del tradicional sistema de cadencia tonal. Muchas de las técnicas que describiré a continuación ya se encontraban en esta pieza y son las que confieren al impresionismo una sonoridad propia, genuina y jamas escuchada anteriormente.

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1 comentario:

  1. Impecable el articulo,demuestras una sensibilidad musical y conocimiento extraordinario del autor,pero hay una errata en la fecha de nacimiento(nada que no se pueda corregir).

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